En 2006 apareció un libro de Rajiv Chandrasekaran titulado «Imperial Life in the Emerald City:Inside Iraq’s Green Zone» donde nos aporta una visión de lo que ocurrió a lo largo de todos aquellos primeros meses. Una de las primeras cosas que constata Rajiv es que los norteamericanos básicamente estaban recluidos en la Zona Verde de Bagdad, sin tener apenas relación con los iraquíes. A pesar de ello, estaban convencidos de que sabían mucho más del país que los propios iraquíes. Desmantelaron toda la estructura organizativa de Irak (ejército, médicos, profesores, etc) Los miembros del partido Baaz no eran aprovechables por su condición de colaboradores con Sadam. Los únicos líderes políticos buenos eran los que estaban en el exilio. Todas las políticas adoptadas por la Autoridad Provisional de la Coalición (APC) nunca se aplicaron sobre el terreno. Los que trabajaban en la APC, eran en su mayoría jóvenes y neoconservadores y no comprendían los matices en la sociedad iraquí. Para ellos o estabas en el bando de los buenos o de los malos. Ahora bien, lo curioso del caso es que en el Pentágono existían muchos oficiales que habían aprendido la «lección» en conflictos anteriores, que estaban dispuestos a asesorarlos. pero los civiles, que marcaban la política, decidieron marginarlos y en algunos casos excluirlos.
En principio, la APC era la organización responsable de gobernar y reconstruir el país. Pero Bremer, que estuvo al frente de ella, nunca dispuso más de la mitad del personal que se le había prometido. No había gente para abrir delegaciones en cada una de las 18 provincias iraquíes. Por eso los únicos que podían ejercer el gobierno fueron los militares. Los militares crearon consejos en cada ciudad, reconstruyeron en la medida de lo posible la policía y se encargaron de pagar los sueldos a los empleados municipales. Los soldados repartían el dinero del Programa de Respuesta de Emergencia del Ejército (CERP). A pesar de todo esto, los militares seguían estando marginados a la hora de elaborar la estrategia global de la reconstrucción de Irak. No participaron en la toma de decisiones de la APC. Por ello, el ejército lo único que pudo hacer fue aplicar soluciones provisionales, pensando que llegarían expertos civiles. Pero nunca llegaron, y si lo hicieron, fue demasiado tarde. para decidir lo que se tenía que eliminar. Los expertos en salud estudiaron todos los medicamentos. Redactaron un nuevo código de circulación y revisaron las leyes en todos sus aspectos. Mientras, los jefes militares querían encontrar lideres iraquíes, para dejar en sus manos la dirección del país.
La conclusión de todo ello es que si los dirigentes de la APC hubieran dado poderes a los jefes militares sobre el terreno, en vez de bloquearlos, habrían desempañado un papel más eficaz en la reconstrucción del país.
¿Qué pensaba la APC sobre la reconstrucción del país? Poca cosa. Los expertos en educación examinaron los libros de texto