«Amar en espíritu es compadecer, y quien más compadece más ama. Los hombres encendidos en ardiente caridad hacia sus prójimos, es porque llegaron al fondo de su propia miseria, de su propia apariencialidad, de sus naderías, volviendo luego sus ojos así abiertos hacia sus semejantes, los vieron también miserables y aparienciales, anonadables, y los compadecieron y los amaron» MIGUEL DE UNAMUNO