«Cuando el gran pensador desprecia a los hombres desprecia su pereza, toda vez que precisamente por ella parecen mercancías hechas en serie, seres indiferentes, indignos de ser tratados y educados. El hombre que no quiere pertenecer a la masa, sólo necesita dejar de comportarse cómodamente consigo mismo y obedecer a su conciencia que le grita:»Sé tu mismo». Cuanto ahora haces, opinas y deseas nada tiene que ver contigo.
Toda alma joven escucha esta llamada día y noche y tiembla, porque presiente la cantidad de felicidad que le ha sido deparada desde la eternidad, porque piensa en su verdadera liberación: una dicha que jamás alcanzará mientras permanezca encadenada a las opiniones y al temor. ¡ Y cuán desesperada y carente de sentido puede llegar a ser la vida sin esta liberación!
No hay, en toda naturaleza, criatura más triste y repugnante que el hombre que ha despertado de su genio, y que mira a derecha e izquierda, detrás de él y en todas las direcciones»
NIETZSCHE, F.: Schopenhauer como educador