«Aristóteles y otros filósofos paganos definen el bien y el mal por los apetitos de los hombres, y tienen razón mientras consideremos a cada uno de ellos gobernados por su propia ley. En efecto, en la condición de hombres que no tienen otra ley que sus propios apetitos no puede existir ninguna regla general de las buenas y de las malas acciones». HOBBES